AMBER RAY:
Se dice: ‘Cuando perdemos a alguien a quien amamos, debemos aprender, no a vivir sin ellos, sino a vivir con el amor que ellos nos dejaron’.
Buenos días a todos, señor presidente, honorable presídium y amigos que nos acompañan.
Mi nombre es Amber Ray, soy la hermana menor de Dawna Ray Langford. Dawna no sólo era mi hermana, sino una de mis amigas más cercanas y mi modelo a seguir.
La admiraba de muchas maneras. Ella me enseñó que el rencor sólo duele realmente a la persona que lo siente y qué importante era hacer que la gente se siente bienvenida, y cuando las cosas se pusieron difíciles de manejar, entonces dárselo a Dios.
Me siento muy honrada y humilde estar aquí enfrente y dar el discurso conmemorativo en nombre de todas las familias afectadas.
Todas estas mujeres Rhonita LeBarón Miller, Christina Langford Johnson y mi hermana Dawna fueron mujeres increíbles, dedicadas a sus familias, a su comunidad y sobre tanto criar niños temerosos de Dios.
La tragedia dejará marcada siempre en nuestros corazones. El amor que dejaron es inconmensurable.
Nos gustaría agradecerle personalmente, señor presidente, por venir hoy aquí y por su continuo apoyo, y les agradecemos por llamar la atención sobre estos problemas que continúan devastando a todo México. Gracias.
A la señora gobernadora Claudia Pavlovich queremos agradecerle por estar aquí y por su apoyo para hacer posible este monumento y reconocer que no se tolerará la violencia contra los inocentes.
Cuando miro este monumento que ha hecho el señor Marlon Balderrama, me asombra el increíble detalle que ha puesto en él, desde el ángel Moroni en la punta hasta las nueve raíces en el fondo. El señor Marlon no sólo ha logrado capturar ahí la inocencia, sino la pasión y el amor que cada una de estas madres tiene por sus hijos. El arte y el talento es realmente increíble.
Porque este monumento no es tanto para honrar la memoria de nuestros seres queridos y todas esas vidas inocentes perdidas, sino para honrar sus vidas y cómo vivieron. También es un recordatorio de que incluso en una gran tragedia podemos unirnos y defendernos contra la violencia y la vida de los inocentes.
Por eso, en nombre de todos nosotros, queremos agradecerle por su arduo trabajo y dedicación.
Hay un viejo dicho indio, que tienes que caminar por este camino y enfrentar tu dolor para que puedas pasar a través del duelo al lugar donde puedas tener a los que perdiste en tu vida, donde puedas recordarlos y hablar de ellos sin romperte. Dicen que, si nunca viajas a este camino, a este lugar, realmente lo pierdes todo, porque es demasiado difícil disfrutar los recuerdos o revivir todo lo que amas de ellos.
Esperamos que a todos los que pasen aquí se les recuerda que no es sólo responsabilidad federal, estatal o local, sino que recae a cada individuo que se involucre a llevar justicia a los inocentes.
Una vez más, les damos las gracias. Y a todos, gracias por venir.
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