JORGE ARGANIS DÍAZ LEAL, SECRETARIO DE COMUNICACIONES Y TRANSPORTES:
Buenos días a todos.
Con su permiso, señor presidente.
Estamos retomando las inauguraciones de los caminos de acceso a cabeceras municipales compartiendo el genuino orgullo que sienten los pobladores de estas comunidades por un doble motivo: por un lado, porque fueron ellos mismos los que se encargaron de la obra de principio a fin, cuidando todos los detalles; por otro lado, porque disponen ahora de un camino digno, muy bien hecho, que les permitirá mejorar la conectividad en la región.
En estos momentos, cuando rememoramos los primeros pasos para empujar este programa, había muchas expectativas, pero la más impactante fue el entusiasmo de la gente que respondió de manera solidaria con ese ánimo de ayudar al prójimo, que es característico del México profundo como usted lo ha señalado, señor presidente.
Y se empezaron a construir muchos caminos en Oaxaca. Son caminos prácticamente hechos a mano por mujeres y hombres de las comunidades indígenas que decidieron cerrar filas por el bienestar colectivo.
Estos caminos, los pobladores no sólo han compartido las largas jornadas de trabajo; también se han hermanado, porque tienen los mismos orígenes y las mismas tradiciones, han preservado usos y costumbres ancestrales basados en la solidaridad y la ayuda mutua.
Las comunidades de la Mixteca tienen siglos de historia. Aquí se fundaron los sueños de los antecesores, aquí ha quedado inscrita la lucha de miles de hombres y mujeres por una mejor calidad de vida, siendo ellos los protagonistas de esa historia y los caminos que han construido representan un capítulo más de ese acontecer histórico.
Hoy el programa de pavimentación de caminos de acceso a cabeceras municipales es una realidad. Sin duda, los logros se deben principalmente a la idiosincrasia de las comunidades oaxaqueñas, es el resultado de la cultura de ayudar a los demás para ayudarse a sí mismos.
Tenemos mucho que aprender de la organización de los pueblos indígenas Más allá de la cooperación comunitaria sobresale un auténtico espíritu de solidaridad, no como del que no quisieron preocuparse los neoliberales, sino el de la solidaridad y el sentido histórico y cultural de aquellos que emanan de la voluntad de apoyar a nuestros semejantes.
Para los neoliberales, los indígenas no existían, eran invisibles, y la solidaridad era apenas una campaña publicitaria, un pretexto para mantenerlos alejados del progreso y del bienestar.
En los tiempos de la Cuarta Transformación estamos apostando por los sectores más vulnerables, participamos conjuntamente en la solución de sus necesidades más apremiantes, respetando su autonomía, su historia, su cultura, sus costumbres y, sobre todo, su forma de organización colectiva.
Señor presidente:
Le refrendamos que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes seguirá replicando este programa para alcanzar ese viejo sueño de dibujar en nuestros mapas todos los caminos de las comunidades indígenas de México.
Muchas gracias.
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